En Italia, la campaña de vendimia 2020 ha empezado con algunos días de antelación con respecto al año pasado.
Si hace varios meses, en plena pandemia, se temía porque hubiese falta de mano de obra estacional procedente de Europa del Este destinada a la recolección de la uva, esta dificultad parece solucionada. Por una parte, las bodegas han encontrado el personal necesario en el territorio nacional y han contactado con los trabajadores extranjeros, incluso venidos de países “de riesgo”, asumiendo los costes de controles y estancia en estructuras receptoras para su cuarentena.

En este momento, ya se está realizando la vendimia de Pinot y Chardonnay, madurados antes de lo esperado. Los análisis iniciales de estas primeras cosechas evidencian que las uvas están muy sanas y equilibradas, sobre todo gracias a que los meses de julio y agosto han sido muy secos.
La comarca de Franciacorta está vendimiando al mismo tiempo el Champagne, y esto nos presagia una añada muy prometedora. También, en la Región de Colli Euganei acaba de empezar la cosecha, y la ciudad de Vò, que ha sido uno de los focos más afectados por el Coronavirus en Italia, desea rescatar su producción; en este territorio, de hecho, se cultivan desde hace décadas variedades cruzadas muy resistentes, que han permitido reducir en un 85% aproximadamente, los tratamientos fitosanitarios.
En Umbria y Puglia, las uvas están excelentes y la producción está mostrando una calidad muy alta.
En el mes de septiembre será el turno para la cosecha de las variedades más tardías, como Sangiovese y Cabernet.
Por ahora, las perspectivas son muy buenas. Se estima una producción nacional alrededor de los 45 millones de hectólitros, con un descenso de tan solo el 4% con respecto a la campaña de 2019, compitiendo en primera línea con la producción de Francia.
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